Mamás y Papás, lean detalladamente el marco para la convivencia junto con sus hijos (as), haciendo conciencia en la importancia de conocer sus derechos pero principalmente en cumplir con las reglas y normas establecidas.
Para ver el marco, denle un click al siguiente enlace:
http://www.est99df.com/docs/MARCO%20PARA%20LA%20CONVIVENCIA.pdf
P.D !Ojo con las sanciones!
Atte. Profra. Alma Reyes
martes, 30 de agosto de 2011
El último día
Ayudar a los hijos en sus dificultades es un reto que, muchas veces, se presenta pesado, infructuoso y casi imposible
El hijo que crece "aparentemente" tiene su vida hecha. La independencia, el "déjenme ser", es su mayor eslogan. Los consejos, regaños e indicaciones le hacen sentir como niño o adolescente y, por eso, los rechaza como jarabes amargos.
Tiene conciencia de su libertad y, bien o mal, sabe que puede usarla, aunque desconoce su verdadero sentido. Se siente joven y experimenta que puede asir el mundo con un apretón de manos. Este mundo atrapa su sed infinita de felicidad y es lo que le causa las peores jugadas.
Quizá, un abismo gigantesco interfiere en las relaciones con los hijos. Los problemas y las dificultades que atraviesan en sus vidas personales parecen inasequibles para los padres. Los consejos y la cercanía que éstos quieren brindar, no llegan hasta la orilla de sus hijos con el impacto esperado.
Unas veces, el puente de comunicación natural y sencilla de los primeros años de la infancia y de la adolescencia, se debilita y es difícil cruzarlo. Otras, tristemente, el gigante invisible de la juventud ya lo ha arrancado con un vigor impulsivo e irreflexivo, destruyendo cualquier esfuerzo de acercamiento a los problemas que tienen.
¿Qué hacer?
La respuesta no es nada sencilla porque los hijos tampoco están en una etapa fácil. A veces el error de los padres es la desesperación, la impaciencia o la forma brusca y autoritaria en el actuar (por ejemplo: correrlos de la casa).
Un buen medio es la comunicación entre los padres. Entre los dos se podrán ayudar mejor a conocer a sus hijos. También ayuda tratar de "meterse en sus zapatos". Intentar sentir lo que sienten, pensar en las contrariedades que les acechan o que pueden estar pasando (¡están todavía madurando y necesitan comprensión!).
Una postura rígida, por ejemplo, puede transformarse en una actitud afable, amigable, paternal: Una gota de comprensión atrae más a los hijos que un barril de regaños.
Otra solución estriba en el arte de escuchar a los hijos, interesarse por ellos; salir de las "burbujas" rutinarias y darles el tiempo y la atención que merecen. Ayuda mucho preguntarles su opinión, pedirles consejo, hacerles ver que su punto de vista cuenta mucho. Aunque todavía no lo sean, necesitan ser tratados como adultos.
Es mejor dar espacio a su iniciativa personal y a sus propuestas, que "acribillarlos" con órdenes y prohibiciones que pueden resolverse en un acuerdo mutuo y constructivo. Y en esos diálogos, conviene valorar sus decisiones para que se hagan responsables de sus actos.
¡No esperemos a que sea demasiado tarde!
http://www.youtube.com/watch?v=Hn2Pougg-iM
El hijo que crece "aparentemente" tiene su vida hecha. La independencia, el "déjenme ser", es su mayor eslogan. Los consejos, regaños e indicaciones le hacen sentir como niño o adolescente y, por eso, los rechaza como jarabes amargos.
Tiene conciencia de su libertad y, bien o mal, sabe que puede usarla, aunque desconoce su verdadero sentido. Se siente joven y experimenta que puede asir el mundo con un apretón de manos. Este mundo atrapa su sed infinita de felicidad y es lo que le causa las peores jugadas.
Quizá, un abismo gigantesco interfiere en las relaciones con los hijos. Los problemas y las dificultades que atraviesan en sus vidas personales parecen inasequibles para los padres. Los consejos y la cercanía que éstos quieren brindar, no llegan hasta la orilla de sus hijos con el impacto esperado.
Unas veces, el puente de comunicación natural y sencilla de los primeros años de la infancia y de la adolescencia, se debilita y es difícil cruzarlo. Otras, tristemente, el gigante invisible de la juventud ya lo ha arrancado con un vigor impulsivo e irreflexivo, destruyendo cualquier esfuerzo de acercamiento a los problemas que tienen.
¿Qué hacer?
La respuesta no es nada sencilla porque los hijos tampoco están en una etapa fácil. A veces el error de los padres es la desesperación, la impaciencia o la forma brusca y autoritaria en el actuar (por ejemplo: correrlos de la casa).
Un buen medio es la comunicación entre los padres. Entre los dos se podrán ayudar mejor a conocer a sus hijos. También ayuda tratar de "meterse en sus zapatos". Intentar sentir lo que sienten, pensar en las contrariedades que les acechan o que pueden estar pasando (¡están todavía madurando y necesitan comprensión!).
Una postura rígida, por ejemplo, puede transformarse en una actitud afable, amigable, paternal: Una gota de comprensión atrae más a los hijos que un barril de regaños.
Otra solución estriba en el arte de escuchar a los hijos, interesarse por ellos; salir de las "burbujas" rutinarias y darles el tiempo y la atención que merecen. Ayuda mucho preguntarles su opinión, pedirles consejo, hacerles ver que su punto de vista cuenta mucho. Aunque todavía no lo sean, necesitan ser tratados como adultos.
Es mejor dar espacio a su iniciativa personal y a sus propuestas, que "acribillarlos" con órdenes y prohibiciones que pueden resolverse en un acuerdo mutuo y constructivo. Y en esos diálogos, conviene valorar sus decisiones para que se hagan responsables de sus actos.
¡No esperemos a que sea demasiado tarde!
http://www.youtube.com/watch?v=Hn2Pougg-iM
martes, 23 de agosto de 2011
Viaje a la relatividad
INTRODUCCIÓN
El hecho de que el tiempo no transcurre en forma igual para observadores distintos es una de las predicciones más sorprendentes de la teoría de Einstein. Nuestro sentido común, basado en la práctica cotidiana, indica que los relojes funcionan de la misma forma, sin importar cómo se mueven. ¿No es entonces absurdo pretender que el tiempo medido es relativo al observador? Es importante señalar que el efecto predicho por Einstein sólo es perceptible a velocidades cercanas a la de la luz. Así, la razón por la que no percibimos variaciones de tiempo en nuestra experiencia diaria es que estamos acostumbrados a movernos a velocidades extremadamente pequeñas con respecto a la velocidad de la luz. Si la velocidad de la luz fuera muchísimo menor de lo que es, estaríamos acostumbrados a variaciones del tiempo, y no hubiera sido necesario un Einstein para convencernos de que el tiempo es relativo a quien lo mide.
Además de la contracción del tiempo y del espacio, la teoría de la relatividad predice un efecto que, en un principio, parecía un resultado puramente formal, pero que algunos años más tarde modificó fundamentalmente el curso de la historia. Einstein se dio cuenta de que la masa y la energía de un cuerpo aparecen siempre unidas, esto le condujo a afirmar que existe una equivalencia entre la masa y la energía.
CUESTIONARIO A CONTESTAR EN CUADERNO:
- ¿Nuestra visión esta capacitada para percibir todos los movimientos?, ¿por qué?
- ¿A qué velocidad viaja la luz?
- ¿Qué factores intervienen en el movimiento?
- ¿Por qué se dice que el movimiento es relativo?
- ¿Qué dice la paradoja de los gemelos?
- ¿Por qué nada puede alcanzar la velocidad de la luz?
Al terminar ve el video: relatividad 2, éste se comentará en clase
lunes, 25 de julio de 2011
video calor y temperatura
Calor y Temperatura, son conceptos que muchas veces confundimos, por lo regular se piensa que calor y temperatura son lo mismo pero no es así, tienen relación pero se trata de conceptos diferentes.
Partamos de las definiciones:
Definición de Temperatura: La temperatura es una magnitud referida a las nociones comunes de frío y calor. Por lo general, un objeto más caliente tendrá una temperatura y a medida que la energía es mayor su temperatura también es mayor.
Diferencia entre Calor y Temperatura:
La temperatura no es energía sino una medida de ella.
El calor es lo que hace que la temperatura aumente o disminuya.
Cuando el calor entra en un cuerpo se produce calentamiento y cuando sale enfriamiento.
Una misma cantidad de calor calentará mucho más un cuerpo pequeño que un cuerpo grande, o sea, la variación de temperatura es proporcional a la cantidad de calor.
Las temperaturas más altas tienen lugar cuando las moléculas se mueven con mayor energía.
Por ejemplo: La temperatura de un vaso de agua puede ser la misma que la temperatura de un cubo de agua, pero el cubo, al ser mas grande, tiene más calor porque tiene más agua y por lo tanto más energía térmica total.
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